viernes, 20 de noviembre de 2009

Historia del Cine

Precedentes

El Cinematógrafo se presenta en sociedad en los últimos años del siglo XIX. Este nuevo invento, surge a partir de la convergencia de una serie de progresos científicos que arrancan desde siglos atrás, a partir de aportaciones habidas en el campo de la Física y la Química, de la óptica y de las cámaras, y mejoras en terrenos como la proyección de las imágenes, tanto de aquellas que pueden ser fijas —la fotografía- como de las que, por aplicación de ciertos mecanismos, consiguen dar sensación de movimiento.

El nacimiento de la fotografía se sitúa en 1839, cuando Joseph N. Niepce obtuvo, tras una larga exposición, obtener una sombra. Fue un avance que para el hombre de la calle pasó desapercibido, pero no para aquellos científicos, empresarios e intelectuales que se dieron cuenta que algo estaba pasando en el mundo de la obtención de imágenes. En apenas unos años, este nuevo procedimiento enfrentó a pintores y fotógrafos, entendiendo los primeros que la fotografía iba a acabar con su trabajo.

Desde finales del siglo XVIII ya se proyectan imágenes fijas que se intentan animar mediante procedimientos como la linterna mágica -que había sido inventada por Athanasius Kircher- y otros artilugios llamados Phantascopio (Etienne Robertson en 1799), Praxinoscopio (Emile Reynaud en 1880) o Zoopraxiscopio (Eadweard Muybridge en 1881).

Estas ilusiones ópticas dieron paso a otras generadas por sistemas mecánicos como el revólver fotográfico que utilizó Jules Jansen en 1874, o el fusil fotográfico que aplicó Etienne Jules Marey en 1882. Estas y otras muchas investigaciones buscaron el otorgar movilidad a la imagen fotográfica. Ayudó a alcanzar este objetivo la comercialización del rollo de película (celuloide) comercializado por los hermanos Hyatt en 1868 y que desarrolló plenamente, George W. Eastman cuando son mostradas al público en diversos países, las primeras imágenes en movimiento.

Los hermanos Lumière son considerados históricamente como los padres del cine. Inventaron el cinematógrafo (considerado el primer aparato de cine) basados en el kinetoscopio de Tomas A. Edison. Ellos fueron los primeros en dar propiamente una función de cine el 28 de diciembre de 1895.(considerado el primer aparato de cine) basados en el kinetoscopio de Tomas A. Edison. Ellos fueron los primeros en dar propiamente una función de cine el 28 de diciembre de 1895.




Nacimiento Del Cine:


Antes de dar a conocer el Cinematógrafo, en diversos países de Estados Unidos y Europa varios inventores están trabajando en varios sistemas que tenían un objetivo común: el visionado y proyección de imágenes en movimiento. Entre 1890 y 1895, son numerosas las patentes que se registran con el fin de ofrecer al público las primeras "tomas de vistas" animadas. Entre los pioneros se encuentran los alemanes Max y Emil Skladanowski, los estadounidenses Charles F. Jenkins, Thomas Armat y Thomas Alva Edison, y los franceses hermanos Lumière.

Tras la presentación del Cinematógrafo en París, en otras muchas ciudades europeas y americanas comienza a "presentarse" el nuevo invento. En España la primera proyección la ofrece un enviado de los Lumière en Madrid, el 15 de mayo de 1896. A partir de este año, se sucederán sin interrupción las proyecciones y, con ellas, la demanda de más títulos, con lo que se inicia la producción a gran escala de películas que, poco a poco van aumentando de duración al igual que mejora la historia que narran.

Durante unos años, los temas de las películas se repiten con cierta frecuencia, y los espectadores se dejan atrapar, sobre todo, por aquellas que les resultan más sorprendentes. En esta línea trabaja en mago francés Georges Méliès que comienza a dirigir una serie de películas que tienen muchos trucos y efectos, imágenes mágicas en las que desaparecen personajes (Escamoteo de una dama, 1896), chocan trenes, crecen los objetos y hasta se puede viajar a lugares desconocidos (Viaje a la Luna, 1902). Esta línea creativa la desarrollará el español Segundo de Chomón, que compite con Méliès en la producción de películas sorprendentes (El hotel eléctrico, 1908).También fueron importantes las aportaciones de los fotógrafos de la Escuela de Brighton, pioneros británicos que sorprendieron por la utilización narrativa de ciertos recursos que dieron fuerza a la historia que contaban, como sucedió con La lupa de la abuela (1900), de James A. Williamson, en donde el punto de vista da mayor expresividad a los hechos que se narran. En Estados

Unidos será Edison el máximo impulsor del Cinematógrafo, consolidando una industria en la que desea ser el protagonista indiscutible al considerarse como el único inventor y propietario del nuevo espectáculo. A su sombra van creciendo otros directores como Edwin S. Porter, que logrará dar un paso fundamental en la construcción de una historia con el diseño de una estructura que se centra en "el salvamento en el último minuto" (Asalto y robo de un tren, 1903; película que daba inicio a un género exclusivo americano: elwestern).

Consolidación de un Lenguaje

El desarrollo de la industria del cine ha propiciado la definición de un lenguaje específico que se encargaron de ir definiendo los directores que trabajaron en el tránsito del siglo XIX al XX. Sorprende que los pioneros no se limitaran a seguir con la simple "toma de vista" durante muchos años. Hubo quien se preocupó por dar a entender que la utilización de varios planos de distinto tamaño servían para enriquecer la historia y la acción de los personajes.

La evolución que se aprecia en los primeros años tiene que ver con las primeras imágenes impresionadas por los primeros operadores en todo el mundo. Un paso más lo dan los fotógrafos de Brighton a partir de 1900, fecha a partir de la que utilizan en sus películas diversos recursos (puntos de vista, panorámicas, sobreimpresiones, etc.) para organizar la historia. Simultáneamente, Méliès y Segundo de Chomón aplican técnicas —como el paso de manivela, que permitía el construir una historia fotograma a fotograma- para generar historias fantásticas y con efectos; es el momento del cine de trucos en el que se intenta sorprender al espectador haciendo aparecer y desaparecer personas y objetos. Esta fase la cierra Edwin S. Porter cuando en Salvamento en un incendio (1902) va más allá de la estructura lineal que plantea todo el mundo, intercalando situaciones que atraen de manera especial la atención del espectador —insertos-; es decir, intercala una serie de planos en los que destaca ciertos detalles del ambiente, de la acción de los personajes y con los que se pasa de un espacio a otro sin ningún tipo de explicación —el montaje paralelo-.

A partir de 1910, los europeos comienzan a producir películas más largas que sorprenden por su buena factura. Las adaptaciones de obras de Victor Hugo y Emile Zola sirvieron de garantía para diversas producciones francesas. Por su parte, los italianos consolidaron un modo de hacer que afectará a las industria cinematográficas de todo el mundo. Quo Vadis? (1913), de Enrico Guazzoni, superó las dos horas de proyección. Cabiria (1914), de Giovanni Pastrone, se convirtió en uno de los grandes monumentos cinematográficos de la historia por su tratamiento de la historia, de los personajes, del espacio, de la iluminación, de la escenografía (estas producciones italianas dan un impulso a la construcción de decorados corpóreos). Fue el momento en el que se dio un paso importante: cambiar la cámara de lugar, buscar nuevos ángulos desde los que contar la historia al tiempo que se mantiene la continuidad de acción —en la que también han de ser funcionales los rótulos que se intercalan para recoger el diálogo de los actores-; es el momento en el que se construye una situación a partir del plano-contraplano.

El paso más relevante hacia la consolidación de un lenguaje específico lo ofreció el director estadounidense David W. Griffith, quien tuvo la capacidad de organizar todas las aportaciones habidas hasta mediados de la década de los años diez, y concretarlas en dos películas que han pasado a la Historia del cine como las más emblemáticas de la narración cinematográfica primitiva: El nacimiento de una nación (1915) e Intolerancia (1916). A partir de estos años, directores como Cecil B. De Mille (Juana de Arco, 1916), Charles Chaplin (El imigrante, 1917 ; Armas al hombro, 1918), Louis Feuillade (director de varios seriales) y otros muchos, van profundizando en el lenguaje cinematográfico, dando cuerpo a una gramática de recursos expresivos que el espectador asumirá y llegará a conocer con mucho detalle.




Consolidación del sonido

Desde finales del siglo XIX, cuando se producen las primeras imágenes en movimiento, se intentó que tanto el fonógrafo inventado por Edison como el gramófono diseñado por Emil Berliner pudieran se acoplados al Cinematógrafo. Quien lo intentó en primer lugar fue el francés Auguste Baron, después le siguieron otros muchos. No obstante, cuando el Cinematógrafo comienza a difundirse por el mundo, lo empresarios tenían más interés en explotar el nuevo espectáculo que en pensar en rentabilizar algo nuevo, económicamente más costoso.

A partir de los experimentos e investigaciones que se remontan a los primeros años del siglo XX, y que se centran en el registro y la reproducción del sonido cinematográfico, los sistemas que se patentan en torno a los años veinte buscan hacer realidad un sueño de muchos: que los actores hablen en la pantalla. La Warner Bros. es la primera empresa que se arriesga a producir las primeras películas "sonoras" y "habladas". El primer intento parcial se aprecia en Don Juan (1926), y el segundo y más importante, en El cantor de jazz (1927), ambas dirigidas por Alan Crosland. Este nuevo paso tecnológico va a influir de manera determinante en la industria, en los profesionales que en ella trabajan, en los planteamientos estéticos de las historias, obligando a una reestructuración industrial que afectará, inevitablemente, a la comercialización de las películas en todo el mundo.

Las primeras películas sonoras que comenzaron a circular por todo el mundo se adaptaron a las circunstancias del momento. Se proyectaron películas mudas sonorizadas y se remontaron otras incorporándoles partes sonoras. Los Estudios afincados en Hollywood comenzaron a producir películas en varias versiones (idiomas) con el fin de comercializar cada una en su correspondiente país, sobre todo cuando la versión original con subtítulos fue rechazada en la mayoría de los países. Este sistema perduró durante unos años hasta que vieron que resultaba muy costoso. Fue el momento en que los productores decidieron adoptar el doblaje como opción más económica. Con el tiempo, se adoptó e implantó definitivamente dicho procedimiento en casi todos los países, con lo que la obra original comenzó a tener "versiones" derivadas de la traducción realizada en cada país.

Entre las películas que muestran los problemas que se vivieron en diversos países entre 1926 y 1931, cabe mencionar El séptimo cielo (1927), de Frank Borzage, La muchacha de Londres (1929) de Alfred Hitchcock, M, el vampiro de Dusseldorf (1931), de Fritz Lang, y la española El misterio de la Puerta del Sol (1928), de Francisco Elías, entre otras. Sobre la vivencias de los actores y los problemas económicos y técnicos vividos en los grandes Estudios estadounidenses durante los rodajes de las primeras películas sonoras, debe recordarse Cantando bajo la lluvia (1952), de Stanley Donen.

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